NUEVO ESPACIO TIEMPO SOCIAL LIBERADO AUTOGESTIONADO (ETSLA) EN LA UAM
Sobrevivimos. Porque vivir no puede significar no saber si mañana vas a comer, si tendrás dinero para finalizar los estudios, si aun así llegarás a encontrar un trabajo estable con los derechos laborales que hoy día conoces. Porque no solo cambiaremos de trabajo constantemente a lo largo de nuestras vidas, sino que además nos veremos obligados a emigrar, y quizás incluso nos hagan un flaco favor, dado que en un país sin sanidad ni educación, que recorta en dependencia, en el que no consideran que las mujeres sepamos decidir sobre nuestros cuerpos, y donde no tomemos garantía de dormir bajo un techo, no debería llamarse Estado de Bienestar. Además, como colofón, se persigue y castiga a quienes protestan y buscan un mundo mejor. No son más que consecuencias de la crisis actual como tantas otras inherentes al capitalismo.
Han
logrado aislarnos. El individualismo más atroz ha enraizado en
nuestra convivencia como germen de la competitividad, pilar del
sistema político, económico, social y cultural. Nos quieren
sumisas, y nos tienen porque solas no podemos. Sin embargo, siempre
surgen brotes verdes de inconformismo, mucho más reales que los
brotes verdes del ministro Guindos. Brotes
verdes de inconformismo por la solidaridad entre iguales. Solidaridad
que ya muestra su efecto en la reivindicación de los pocos derechos
de los que hoy gozamos y que continúa haciéndolo en las mareas
ciudadanas, colectivos como la PAH y en tantos barrios que se
organizan.
No.
Sin lazos sociales no podemos recuperar la solidaridad como valor
básico de la sociedad con el fin de plantar cara a la injusticia de
la miseria y crear un futuro de todas para todas. Por eso creemos que
una de las muchas que puede avivar las brasas del conflicto social es
construir nuestros lazos. Acercarnos,
apoyarnos, ayudarnos. Y la
chispa, los espacios comunes donde podamos crear y crecer.
Es
aquí donde nace el nuevo ETSLA
en la UAM, donde antes había
una sucursal bancaria símbolo de la corrupción, la explotación y
la avaricia asesina que impera y pretende abrirse paso en todo
resquicio. Sabemos que sólo se destruye lo que se sustituye, y
estamos decididas por la propuesta de un espacio social que sirva de
encuentro interfacultativo,
que dé lugar a conocimiento multidisciplinar y que, en definitiva,
enciende la llama de la vida universitaria, ya apagada y subyugada a
la asistencia obligatoria y el plan Bolonia. Un centro para alimentar
nuestras inquietudes, llevando proyectos a cabo; charlas, talleres,
actividades… desde nuestro propio interés e iniciativa, es decir,
de manera autogestionada por la comunidad universitaria. De esta
forma, habría cabida para aquellos colectivos y asociaciones que se
ven privados de lugar en el que reunirse por la inoperancia de la
gestión de los espacios de la universidad.
Y,
porque sobrevivimos, un ETSOA que dé visibilidad y soporte al
movimiento asambleario que lucha en contra del desmantelamiento de la
educación que nos quiere robar el gobierno y el libre mercado.
Nuestra
pretensión es clara: no vale liberar el espacio si no concebimos el
tiempo de otra manera en que la desidia del minutero no arrastre
nuestras vidas como un peso muerto.
Es
el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario